lunes, 11 de julio de 2011

Una vuelta por Laredo (Cantabria)

     He estado unos días de vacaciones (pocos) en la Villa de Laredo, a orillas del Cantábrico, y aunque no he tenido demasiado tiempo para pajarear siempre hay que sacar un ratillo. Cuando llegué, una vez vaciado el coche y demás tareas necesarias de un viajecillo de 400 kilómetros fuimos a ver el nuevo puerto de Laredo, me llamó la atención un griterío, provenía de una persecución de un adulto de gaviota patiamarilla a un adulto de halcón peregrino con una presa entre las garras, logró zafarse y continuar su camino en dirección a la Atalaya.

Adulto de gaviota patiamarilla en el puerto de Laredo.

Joven de Patiamarilla en el puerto de Laredo.

     He hecho un par de visitas al puerto de Laredo, al de Colindres y al de Santoña en busca de alguna gaviota que mereciese la pena, pero sólo he encontrado unas pocas reidoras y menos aún sombrías, así que les he dedicado unas cuantas fotos a las gaviotas patiamarillas, que en Salamanca no vemos habitualmente.

Colocando las redes después de la faena. Puerto de Santoña.
      En el puerto de Laredo coincidí con las labores de limpieza de las redes de un pequeño barco pesquero, con lo que los descartes iban a parar al agua con el consiguiente alborozo de las gaviotas allí congradas. Algunas de ellas tienen una muda muy interesante.






      Aparte de las persecuciones para quitarse la comidas unas a otras, también pude hacer alguna foto de los bichos en vuelo y posados. Ya sé que no son como las fotazas que algunos tienen en sus blogs, pero ...



     Para terminar, os pego un pequeño vídeo de las gaviotas en el puerto de Laredo.

2 comentarios:

  1. ¡¡Vaya!! Si que han sido cortas tus vacaciones por aquí. Ya ves que en verano es difícil ver algo en una zona tan turística, de todos modos has retratado bien a las patiamarillas. A ver si la próxima vez que vengas a ver a tu abuela por aquí nos vemos, aunque sólo sea para tomar una caña.
    Saludos

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  2. Gracias Ernesto.
    Ya te comenté que era una visita relámpago a ver a la abuela, y repartiendo el tiempo entre familia, pájaros y estirar la pata, no queda tiempo para mucho más.

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